La llamada del arrendajo azul

Después de unos meses de confinamiento estricto, nos aventuramos poco a poco a salir a pasear en algunos de los parques de la ciudad de San Francisco  El último fin de semana, mientras estábamos en Glen Park, vimos a un arrendajo azul imitando a un halcón de cola roja; justo cuando un halcón volaba por encima nuestro. Más tarde el mismo día,  leí que los arrendajos suelen imitar a los halcones como medida de advertencia a otras aves.

Si algo hemos aprendido de esta pandemia es la importancia del bienestar colectivo. Muchos de nosotros hemos subrayado la consideración ajena como prioridad. ¿Cual es la mejor manera de convencer a alguien para que nos escuche y siga nuestro ejemplo? 

La respuesta la dio Aristóteles en la antigüedad. En su libro Retórica, describió las leyes básicas de la persuasión: ganarnos la confianza de nuestro interlocutor, razonar con lógica y apelar a la emoción. Para que un  acto de persuasión sea auténtico, tiene que ser desinteresado. Tenemos que estar desligados emocionalmente del resultado y interesados de verdad en aprender lo que necesita la persona que tenemos al otro lado. Debemos estar abiertos a cambiar de opinión en cuanto se nos presente información nueva y alcanzar soluciones mejoradas y distintas a las que teníamos en mente.

Cómo construimos nuestro argumento es importante. En la era de internet y redes sociales, la capacidad de atención está disminuyendo. Para diferenciarse, tenemos que ser distintos del resto.  El "efecto de aislamiento"predice que cuando se nos presentan varios estímulos, el que se diferencia más del resto es el que será recordado. Si queremos influenciar una toma de decisión, es importante mantener un número limitado de opciones a escoger. La ley de Hick nos dice que cuanto más opciones damos, más tiempo se tarda en decidir. En los casos en los que el esfuerzo que supone decidir sea demasiado por el número de opciones, no se tomará ninguna decisión. Por último, la simplicidad gana. No me refiero a la simplicidad de contenido sino a la de formato; presentando nuestro discurso de una manera sencilla y entendible a nuestra audiencia.

Aristóteles definió las leyes de la persuasión en tiempos de la antigua Grecia. Investigadores y eruditos han continuado desarrollado múltiples teorías sobre el tema. También se hace referencia al poder de persuasión como un arte. Picasso dijo: El arte es la mentira que nos hace ver la verdad. Cuando queramos persuadir a otras personas, intentemos crear historias únicas, lógicas, emocionantes y sencillas que los demás realmente necesiten. Hagámoslo con la mente abierta para reconocer cuando tenemos que cambiar de opinión y de manera totalmente altruista. Quizás de este modo nuestra llamada se oirá más fuerte y clara. Y los demás, finalmente la escucharán.

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